sábado, 16 de julio de 2011

¡¡¡CUIDADO CON ALGUNAS PSICOLOGAS!!!!

Una psicóloga y un hombre están en un momento romántico:

EL: Vení para acá. Déjame besarte el cuello. Así...

ELLA: ¡Qué libidinoso estás hoy!

EL: ¡Es que me vuelves loco, potranquita!

ELLA: ¿Potranquita? ¿Te gustan los equinos? ¡Zoofílico!

EL: No. Es una forma de decir, Mamacita.

ELLA: ¿Mamacita? ¿Acaso me estás usando para resolver tu complejo de Edipo?

EL: Quiero decir que me encantas, que eres Divina.

ELLA: ¿Divina? Para que sepas, la idealización en la cama es un síntoma neurótico.

EL: ¡Basta! ¡Me tienes harto con tu caca mental!

ELLA: ¿Caca? Fijado en la etapa anal, ¿eh?

EL: ¡Si sigues con esto te juro que te mato a golpes!

ELLA: Siempre sospeché que eras un sádico.

EL: (LLORIQUEANDO) ¡Basta! ¡Te lo ruego! ¡No me vuelvas loco!

ELLA: Hmm. Y también masoquista, muy típico.

EL: (AGARRÁNDOLA DEL CUELLO ¡Me tienes enfadado! ¡Te voy a matar!

ELLA: Aggg... Y... encima... psicópata... Aggg...

EL: (SOLTÁNDOLA) ¡No me persigas más con todo ese palabrerío! Por favor, ¡no me persigas más!

ELLA: Entiendo... Paranoico.

EL: ¡No! ¡No! ¡Déjame! ¡Quiero estar solo! ¡Quiero estar solo!

ELLA: Pero eso es autoerotismo.

EL: ¡Socorroooooo! ¡Policía! Policíaaaaaaa!

ELLA: Qué fácil pasas a la homosexualidad.

¡CRUEEEEEEEEEEEEEEEEL!

Déjame que te cuente por Jorge Bucay

Un hombre padece encopresis (en buen romance: se caga encima). Va a ver a su médico que, después de examinarle e investigar, no encuentra ningún motivo físico que explique su problema, y entonces le recomienda que consulte a un tera­peuta.

* Primer final, en el que el terapeuta consultado es un psicoa­nalista ortodoxo:

Cinco años después, el hombre se encuentra con un amigo.

‑ ¡Hola! ¿Cómo te va con tu terapia?

‑ Fantástico! ‑contesta el hombre, eufórico.

‑ ¿Ya no te cagas encima?

‑Mira, cagar, me sigo cagando, ¡pero ahora ya sé por qué me hago!

* Segundo final, en el que el terapeuta consultado es un conductista:

Cinco días después, el hombre se encuentra con un amigo.

‑¡Hola! ¿Cómo te va con tu terapia?

‑¡Genial! ‑contesta el hombre, eufórico.

‑¿Ya no te cagas encima?

‑Mira, cagar, me sigo cagando, ¡pero ahora uso calzoncillos de goma!

*Tercer final, en el que el terapeuta consultado es gestáltico:

Cinco meses después, el hombre se encuentra con un amigo.

‑ ¡Hola! ¿Cómo te va con tu terapia?

‑ ¡Maravilloso! ‑contesta el hombre, eufórico.

‑ ¿Ya no te cagas encima?

‑Mira, cagar me sigo cagando, ¡pero ahora no me importa!

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