Un psicótico que creía que estaba muerto fue a la consulta de un psicólogo. Cuando éste le preguntó el motivo de su consulta, el psicótico le dijo que había ido a verle porque los demás le decían que debía ir, pero que no tenía mucho sentido porque en realidad él estaba muerto. Entonces el psicólogo le preguntó:"¿Los muertos sangran?" . A lo que él contestó "No". Acto seguido el psicólogo le pinchó el brazo con una aguja y el hombre empezó a sangrar. "Qué me dices ahora?", le preguntó el psicólogo. Y el psicótico respondió: "Pues que la afirmación de que los muertos no sangran ¡es falsa!"
Página 59 de Felicidad flexible de Jenny Moix
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