Siempre me ha llamado la atención este cuadro. Y me parecen alucinantes los cuadros del Bosco.
El chiste consiste en que el filosofo francés Michel Onfray considera que este pintor expresa, entre fines del siglo XV y principios del XVI, toda la verdad futura del psicoanálisis.En aquella época se creía que la locura era causada por la presencia en el cerebro de un cuerpo extraño, del que bastaba deshacerse para recuperar la salud. Un hombre con todas las apariencias de ser un cirujano está pues en situación de extraer la cosas, casi siempre una piedra, inclinado sobre el cráneo de un paciente despierto, en presencia de un público constituido por un monje y una religiosa con un libro sobre la cabeza. Bien puede sospecharse que el cirujano, tocado con el embudo de los tontos, sacará hábilmente una piedra de su bolsillo y la mostrará al bobalicón que tiene una incisión en el cuero cabelludo. Este pánfilo reunirá en una misma imagen la compresa llena de sangre, la intervención quirúrgica y la visión de la piedra y, como es obvio, quedará curado, después de recompensar, de paso, al curandero. El Bosco pinta aquí el efecto placebo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario